lunes, 11 de junio de 2012

Nada es como era entonces



Fausto en su estudio aspira a conocer todo lo que puede ser conocido. Al fracasar en su intento, recurre al demonio y a cambio le promete servirlo en la otra vida. El pacto queda sellado con la sangre de Fausto. Al conocer a Margaret, el sabio se enamora de ella y, otra vez con la ayuda del diablo, consigue poseerla. Sin embargo, la joven morirá en manos de Fausto luego de haber asesinado al hijo ilegítimo de ambos.

Como diría Borges “al destino le agradan las repeticiones, las variantes, las simetrías”. Varios siglos después, una joven llamada Faustina aspira a ser muy famosa. Fracasa en sus intentos, y solo le queda recurrir a un pacto no ya con el diablo, sino con una de sus ayudantes, que se ocupa de deseos menores. Faustina firma el pacto con la sangre de su dedo y pronto consigue entrar en un reality show, es tapa de una revista masculina de gran tirada, protagoniza un escándalo en un programa de chimentos y, en la cumbre de su fama, termina bailando en un conocido show televisivo.

Finalmente, protagoniza el juicio del siglo, cuando el diablo en persona la demanda porque ni vale la pena quedarse con su alma.

ILUSTRACIÓN: Rocío D. Limón (Editorial Novel Mundo)   
TEXTO: Adriana Santa Cruz

2 comentarios:

  1. que tipo de persona debes de ser para que ni siquiera el diablo se interese por ti???
    interesante narracion...

    Saludos...
    Nemesis...

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  2. Te recomiendo el libro El pacto de Cristina de Conrado Nalé Roxlo. Allí el diablo necesita que Cristina haga algo malo para que él pueda apoderarse de su alma porque no le sirve un alma pura. En mi relato intenté invertir los valores y que el propio diablo se espantara del alma de esta chica. Hay algo de parodia también. Gracias por tu lectura.

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