miércoles, 9 de mayo de 2012

¿Por qué tan coqueta?



¿Quieres saber cómo me hice estas cicatrices?

Mi novio era un mujeriego celoso, un psicótico en silencio, despiadado materialista. Tenía la costumbre de comprar una navaja cada vez que yo le sonreía a un hombre, o en cada oportunidad que reía a causa de alguna lisonja que me dedicaran. Él se sentaba en la cabecera de la mesa nocturna y me juraba que era casualidad, que coleccionaba navajas como cualquier hombre que se preciara de su hombría.

Un día llegó tarde; tenía la camisa afuera y la corbata floja en el cuello. Y él… me encontró sonriendo. Me pregunta: “¿Por qué sonríes?”, pero ese día ya no pude responder. No sabía por qué sonreía, y entonces reí, reí a causa del miedo. Él golpea la mesa y frunce el ceño, y farfulla: “¿Te ríes de mí?”. De pronto abandona la habitación y regresa con una navaja, la mirada desorbitada y la respiración estruendosa.

Así es que me toma del cuello, mete la navaja en mi boca y, echándome su aliento ebrioso, me dice: “si tanto te gusta coquetear, mi amor, te regalaré una sonrisa eterna…” y tajea una vez.

Da media vuelta y quiere escapar, pero la navaja quedó en la mesa. Entre sangre y lágrimas la tomo entre mis temblorosos dedos, y alcanzo a balbucear: “Y gue ´on mi al´a ´uera ´i ri´a”. Y en un suspiro, antes de respirar otra vez, me abro el cuello.  

Relato inspirado en el personaje "Joker", de Christopher Nolan.

ILUSTRACIÓN: Rocío D. Limón                          TEXTO: Santiago R. Bailez Chayé

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